En la actividad agropecuaria, cualquiera que esta sea, es importante conocer los milímetros caídos luego de una precipitación, pero a su vez es de igual importancia conocer con cuánta agua de esta precipitación contará realmente el perfil del suelo, es decir, que cantidad de esta infiltrará y qué cantidad no lo hará y escurrirá por la superficie del suelo quedando disponible para conducirla y almacenarla en algún tipo de reservorio para su posterior aprovechamiento. Para poder conocer estos datos se calcula la “precipitación efectiva” que es el agua de lluvia que infiltra, queda almacenada y puede llegar a estar disponible en la zona ocupada por las raíces de los cultivos y ser utilizada para satisfacer sus requerimientos.
