La mayor parte de la población caprina en Argentina está constituida por caprinos criollos y sus cruzas con razas exóticas. A pesar de la escasez de datos sobre el potencial lechero de estos animales, se los definió históricamente como poco productivos, intensificándose en las últimas décadas el proceso de mestización.
Debido a la importancia del genotipo local en la producción caprina del oeste de Formosa, se consideró la necesidad de caracterizar la producción láctea de la Cabra Criolla Formoseña y su influencia sobre el crecimiento de los cabritos.
